PLAZA ARTURO PRAT DE TALTAL
Mudo testigo del glorioso pasado salitrero, la Plaza Arturo Prat de
Taltal es el reflejo viviente del patrimonio local del puerto.
Sus antiguas bancas, sus viejos árboles y ese verdor que la convierte en un oasis en medio del desierto, invitan a pasear y a descansar; a conversar y observar el paisaje; a escuchar el canto de sus aves y relajarse; a observar el ir y venir de la gente y recordar cientos de historias pasadas.
SUS ORIGENES
El primer antecedente que se tiene de
la plaza se encuentra en un decreto fechado el 26 de junio de 1877, donde
establecía que la ciudad "se compondrá de 11 manzanas distribuidas alrededor
de una plaza pública".
LOS QUERUBINES Y SU LEYENDA
Es una plaza hermosa, cubierta de
árboles, arbustos y flores. En el centro se encuentra una pileta, con un
surtidor de agua y donde la copa baña a cuatro querubines que representan las
estaciones del año.
La pileta está confeccionada en fierro
fundido, fue construida en Italia, adquirida mediante erogación popular en 1888
y traída a Taltal en un velero, producto del auge salitrero de la época del oro
blanco en su apogeo (en la Plaza Echaurren de Valparaíso se encuentra una
réplica idéntica)
A través del tiempo ha tenido algunas modificaciones, estuvo sobre ladrillos refractarios para darle altura, su copa superior con agua hasta rebasar y mojar a los querubines.
La leyenda que acompaña este romántico
monumento histórico, nos cuenta que todo visitante soltero que visite la plaza
y observe a los querubines, quedará hechizado y se entregará el poder del amor
de esta ciudad, quedándose para siempre en ella. También quedarán grabados en
sus retinas los paisajes y los habitantes, esperando que vuelvan para transitar
por sus tranquilas y silenciosas calles.
Donde hoy hay cemento y baldosas, ayer cientos de taltalinos recorrieron sus rincones, haciendo de este un lugar de encuentro y de vida social, el cual se debe sentir y disfrutar como la tierra noble que es, llena de recuerdos, historias, personajes que nos llevan a épocas pasadas, pero que nos dan el camino para el futuro.
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